¿Os podéis creer que una persona que ha hecho unos 23 países sola, viajado por casi 10 años, ahora tenga miedo de viajar sola?

🕰️Tiempo de lectura: 5min

Aquí estoy en Alaska. Todo el mundo me decía que esta era una larga travesía con muchas dificultades y que blabla. La verdad me llegaron a asustar, pensaba que alguien como yo, con experiencia de un par de meses en moto, la iba a sufrir mucho. La verdad no siento que fuese tan complicado, creo que más bien cualquiera que tenga valor puede hacer esto.

Lo complicado no fue manejar moto 14.000km cruzando la mitad del continente americano, lo que realmente se me atragantó fue viajar acompañada. Y tiene muchas cosas buenas, no voy a decir que no. Ni una sola vez en este viaje me he preocupado de mirar la presión de mis ruedas, ni de inflarlas. Y de muchas otras cosas, tanto técnicas de la moto, como de acampada, o de días que yo no podía más o estaba al borde de hipotermia. (Esto solo sirve cuando la otra persona es funcional, si es un vago que no sabe ni quiere hacer nada, solo te va a dar problemas).

Pero aquí llega el cortocircuito🤯. Yo funciono bien sola. Trabajo bien sola. Soy productiva sola. Cuido bien mi salud cuando estoy sola.

Nunca había viajado acompañada por más de 2 semanas sin colapsar. No me gustan los ritmos de nadie más que los míos. No me gusta esperar, ir más rápido, comer algo que no me apetece, tener que pensar mis planes en alto y darles algún sentido, buscar un acuerdo mutuo. Me gusta que todo fluya exactamente como lo orquesto en mi mente, y que si sufro alguna cagada, sea solamente culpa mía. Sufrir las consecuencias de mis actos y no de otros.

Voy a remontarme unos meses atrás para poneros en contexto, antes de barajar la idea de venir a Alaska acompañando a alguien (esto fue ya en octubre). En febrero de 2024 yo había dejado a un lado mi fuente de ingresos principal. Me iba muy bien, pero necesitaba 12-16h diarias pendiente de muchas cosas, para que todo funcionase bien. No tenía tiempo para hacer mucho más que trabajar. En ese momento me funcionaba, porque mi objetivo era comprarme un terreno enorme para reforestar, y para eso necesitaba ahorrar bastante. Decidí dejarlo para poder tener tiempo mental de buscar otros proyectos más alineados con viajar. Buscar otra fuente de ingresos nueva me daba un poco de miedo, pero con un buen plan lo conseguiría.

Me puse unos objetivos a medio y largo plazo. Y aún sin resultados económicos, todo iba sobre lo planeado. Pero apareció alguien. Alguien que ya estaba a medio de ese camino, que ya había recorrido y quizás cometido errores que yo podía ahorrarme. Empezamos a viajar juntos “unos días” por Colombia. Y ya no nos pudimos separar más. Él tenía muy claro que iba a Alaska. Yo no tenía claro nada. Solo que iba a viajar en moto y que iba a hacer contenido de mis viajes. No lo pensé mucho y me uní. Y parece que fue bien, porque aquí en Alaska estamos.

Íbamos por Costa Rica cuando yo ya no podía más😞. Me sentía horrible de no estar yendo al gimnasio o entrenar nada. Mis objetivos de contenido también se habían ido en picado hacia abajo. Nadie me prohibía nada, incluso se me motivaba. Pero yo no sé administrar mi tiempo teniendo en cuenta el de los demás.

Decidí que en Nicaragua me iba a separar unos días a centrarme, pero nunca lo hice. Unos compromisos y otras cosas, nunca encontraba el momento. A lo largo de todo el viaje el sentimiento iba creciendo, a veces bajaba. No quería separarme para siempre, solo tener unos días para volver a ser viajarsolamola. Pero cada vez que lo proponía, parecía que estaba sugiriendo una ruptura, entonces me quedaba aguantando.

Demasiada gente me dijo de “broma”🤨 que ya debería cambiarme el nombre. Que ya no era “viajar sola mola”. Nunca entendí bien el chiste. Sigo apoyando que viajar sola es lo mejor del mundo. Y tengo claro que lo voy a seguir haciendo. Con o sin pareja. Y que todo el mundo debería hacerlo alguna vez en su vida. Aunque hasta ahora no había entendido lo difícil que es viajar sola, cuando tienes a alguien con quien sí te gusta viajar.

🎥Aquí hace unos meses cuando estaba decidiendo si lo dejaba ir o me iba a Alaska.

Alaska nunca fue mi sueño, no sabía nada de ese lugar, ni siquiera tuve mucho tiempo durante el viaje de buscar nada, porque estaba modo supervivencia buscando donde dormir o qué comer, o manejando. Canadá sí era mi sueño, pero siempre lo vi tan lejos porque se me salía del presupuesto. Ahora estaba aquí y podía hacerlo. Pero quería hacerlo sola. Sentía que no lo disfrutaba tanto como podría hacerlo en mi soledad.

Yo nunca había acampado, pero en este viaje era necesario. A lo largo de Canadá valoraba si yo iba a ser capaz de quedarme en sitios desolados sola. ¿Un oso🐻? ¿Un hombre malintencionado? ¿Cuando alguien me preguntase de mi viaje en esos bosques solos, le iba a decir que estaba sola? ¿Iba a poder dormir tranquila? ¿Quizás era mejor pagar campings y poder dormir tranquila? ¿O quizás podía tener mi propia carpa y tener mis tiempos, pero viajar juntos aún? Como si cada uno tuviese su casa o su habitación.

Yo soy muy desordenada, o a veces muy ordenada. Depende del mood. Pero lo que no me gusta, es estar en el desorden de alguien más. Y si el espacio es de 2.4m dentro de una carpa… todo se intensifica con el desorden. Viviendo en pareja, siempre me pareció de lo más sano, tener cada uno su cuarto. Vivir mis ataques de limpieza o mi desastre en mis tiempos. A veces despertarme a las 6am o incluso a las 4am a hacer cosas. (Me dan mis ataques de productividad y, si no lo hago, me da mucha ansiedad de sentir que no estoy esforzándome). Es difícil hacer eso cuando compartes espacio y la otra persona se despierta en cuanto te mueves. ¡Si tú lo que querías era aprovechar la madrugada donde todo el mundo duerme!

Siguiendo al miedo de viajar sola. Canadá es tan desolado que parece el escenario perfecto de cualquier serie de crímenes.

Cuanto más miedo me da, más me doy cuenta que tengo que hacerlo. Porque la única manera de pasar una barrera mental, es hacerlo. Luego te das cuenta que no es para tanto. He vivido eso miles de veces.

Durante el viaje rompí la barrera de preguntar en una gasolinera que si podía poner mi carpa ahí para dormir, y me dijeron que sí. También lo hice al lado de una estación de policía. Aún tengo ganas de preguntar en una iglesia y en los bomberos. Y es que quien no llora, no mama.

Llevo semanas analizando la mejor carpa, quiero una que no ocupe mucho, pero que no me c*gue de frío. La verdad no tengo ni un cm de espacio en la moto, me va a tocar tirar algo. Es la excusa que me pongo, pero en realidad, la más aventurera de todas, está aterrada de viajar sola de nuevo. Así sean unos solos días. Increíble la mente, ¿no?

¿Será que venzo ese miedo antes de salir de Alaska? Me he puesto ese objetivo. Viajar sola antes de salir de Alaska. Quizás viajar a otro ritmo en la bajada. Tengo muchas ganas de volver a Colombia. En octubre se acaba el visado de nómada digital que tanto me costó conseguir este año. Después soy una turista más.

Todo son ideas que quedan en el aire hasta que se hacen. Así que, solo hay una manera de descubrirlo. Que es esperar a ver qué sucede en los próximos meses.